MA
PETITE DANSEUSE
A la luz de las velas unos
ojos negros como el azabache me observan por detrás de un tupido velo. La
darbuka está allí, en una esquina, sobre la alfombra roja, esperando a que su
músico se digne a abrazarla entre sus piernas y la acaricie… Levanto la vista
de nuevo, pero los ojos color azabache se han escapado, ya no están allí…
La gente ríe, habla, fuma y
se divierte. Hace calor y puedo oír el rumor de las olas que se cuela por entre
las telas de la Jaima; dan ganas de salir a pasear por la orilla bajo la luz de
la luna, pero algo me retiene, como un embrujo que me invita a mirar el rincón
donde se encuentra la darbuka.
Mi té de menta está casi
intacto y le doy un sorbo mientras veo llegar a los músicos con sus
instrumentos bajo el brazo, bromeando entre ellos. Un hombre joven se acerca
hacia el rincón de la darbuka, se sienta y la coge entre sus piernas… los
músicos se colocan en semicírculo como si estuviesen esperando a alguien. Un
viejo de barba cana hace sonar su nay dulcemente y poco a poco los demás
instrumentos se van tejiendo con esta, creando una melodía sinuosa que invita a
balancearte casi sin darte cuenta. De pronto, se abre la cortina y aparecen
esos ojos azabache que hace un momento me observaban detrás de ese tupido velo,
solo que el velo ya no está. En su lugar hay un cuerpo de caderas generosas que
empiezan a moverse al lento ritmo de la música. Ya no puedo apartar la vista de
esa falda negra y plata cuando ma petite
danseuse gira y se entrelaza con la música, ni mis odios pueden escapar del
hechizo creado por el tintineo de sus alhajas.
Mi bailarina vibra
suavemente al ritmo del laúd y sus manos parecen mariposas que acarician el
aire. Poco a poco la música se va acelerando y la darbuka va tomando
protagonismo. Ma danseuse se mueve
como una serpiente que le danza a la luna; sus caderas suben y bajan al ritmo
de la percusión, mientras se desplaza por la alfombra con sus pies desnudos…
Ese era el hechizo y ya
nunca podré escapar de él y es que… la danza
es el secreto de las magas como tú.
Dedicado a Ysthar.
Beatriz Pérez ©
Beatriz Pérez ©
:*)))))))
ResponderEliminarYa te lo dije en su día... me parece una preciosidad y es todo un halago :**
Y de la foto qué te voy a decir... que esos ojos son impresionantes, que estás cada día más guapa y que cada vez lo haces mejor... y por supuesto... DE DÓNDE HAS SACADO ESE PAÑUELO TAN CHULÍSIMOOOOOOO!!!?? XD
Pues ese pañuelo tiene un montón de historia: es un trozo de tela que mi madre usó cosido a una diadema para un traje de árabe que me hizo para unos carnavales; yo tenía 14 años así que... creo que el traje aún lo tengo por ahí, pero no estoy segura.
Eliminaresa fue la inspiración para tu sesión fotográfica o al contrario???? el caso es que el conjunto es precioso!!
ResponderEliminarVicky ni una cosa ni la otra; el mini relato lo escribí creo que fue en 2009 inspirado en una amiga que baila danza oriental. Me hubiese gustado poner alguna foto suya bailando, pero no tengo así que la que más se ajustaba al relato de las mías es esa y por eso la he elegido. :-)
EliminarEs un bonito relato: se puede sentir la música y ver las caderas sinuosas a medida que lo estás leyendo.
ResponderEliminar;) Besitos y feliz fin de semana
Muchas gracias Paula... tengo muchas cosas guardadas que quiero ir compartiendo con vosotros.
EliminarTe iba a decir que estás en pleno proceso creativo pero acabo de leer tu comentario, el relato lleva tiempo en tu memoria pero junto a tu nuevo retrato recupera su lugar :)
ResponderEliminarAntes escribía bastante más y tengo una mini colección de relatos cortos. Echo mucho de menos escribir, pero ahora no tengo tiempo y ando metida en otros "fregaos". Pero me gusta compartir estas cosas con vosotros.
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